Las principales enfermedades que afectan a las semillas

Dentro de los organismos patógenos que se transmiten mediante la semilla, hay numerosas especies de hongos y algunas especies de bacterias, virus y nematodos.

Las enfermedades causadas por hongos son las más comunes. Hay algunos hongos, como como la caries y los carbones, que infectan principalmente la semilla y que provocan la pérdida total del cultivo porque la semilla ya no permite el desarrollo del cereal.

También hay hongos que infectan otras partes de la planta (como la hoja o las cubiertas del grano) y aunque no provocan una pérdida total como en los casos anteriores, afectan igualmente el rendimiento de la cosecha. Entre estos hongos hay numerosas especies del género Fusarium, que suelen afectar el pie del cereal y ocasionalmente la espiga. Los hongos causantes de helmintosporiosis, rincosporiosis o septoriosis afectan a las hojas (por eso se llaman patógenos foliares), y se pueden transmitir tanto mediante la semilla, como por otras vías..

Así podemos decir que enfermedades que provocan las mayores pérdidas y directamente en grano son las caries y los carbones y que los hongos patógenos con más incidencia son el carbón desnudo (Ustilago nuda) y la mancha estriada de la cebada (Phyrenophora gramínea).

Caries

Las caries infectan especialmente las espigas y la enfermedad se produce con la semilla infectada. El grano infectado puede contaminar también por dispersión otras parcelas una vez cosechado el cereal. El tratamiento fungicida a la semilla ha supuesto un control eficaz, por lo que la forma más efectiva de prevención es estar seguro del origen de la semilla y su buen estado.

Carbones

Como las caries, los carbones también afectan las espigas. Las esporas que se desprenden de éstas se dispersan con el viento hasta los campos de los alrededores, dónde germinan, el hongo se desarrolla dentro del grano y permanece hasta que se efectúa la nueva siembra. Este no suele ser un problema importante en nuestro país si se usan semillas certificadas y variedades resistentes.

Helmintosporiosis del trigo y de la cebada

Supone un problema grave porque, como enfermedad muy extendida, es difícil evitar infecciones. Entre las diferentes helmintosporiosis, la mancha estriada de la cebada supone pérdidas importantes en el cultivo ya que cada semilla enferma produce una planta no viable. El control principal se realiza mediante el uso de variedades resistentes, el retraso de la fecha de siembra y las aplicaciones foliares de fungicidas, que tiene un coste más elevado con respecto a los tratamientos de semillas.

Fusariosis

Las enfermedades de cereales asociadas a especies de Fusarium producen retrasos en el crecimiento, madurez prematura, muerte de planta, grano migrado y descenso de la producción y del peso específico.

Las infecciones suelen producirse en las raíces y la base del tallo y, si las condiciones son favorables, pueden infectar también las espigas. Las infecciones por especies de Fusarium son más importantes cuando en la misma parcela se produce cultivo de cereal de invierno seguido por maíz. La siembra de semilla contaminada supone un serio problema ya que su control es muy complicado. Los tratamientos fungicidas foliares son eficaces, pero se deberían mantener durante todo el ciclo, hecho que los hace inviables económicamente.

El tratamiento de la semilla es un método que ayuda a iniciar un cultivo libre de enfermedad, ya que fortalece la planta.

Rincosporiosis de la cebada

El hongo infecta las plantas durante el cultivo y después de la recolección continua su ciclo en los restos de cosecha infectados que caen al suelo, siendo la paja incorporada al suelo la principal causa. Este hongo también se transmite mediante la semilla cuando la enfermedad infecta la espiga, llegando a afectar un 75% de la semilla. Por lo que en parcelas que no han sufrido esta enfermedad es importante utilizar semilla certificada.

Septoriosis

Como con la rincosporiosis, los hongos causantes de la septoriosis infectan las plantas durante el cultivo y continúan su ciclo después de la recolección en los restos de hoja infectados que caen al suelo, en la misma parcela. Esta enfermedad se transmite también por semilla, sobre todo en Septoriosis nodorum, el hongo causante de las infecciones en las espigas.

Para minimizar el riesgo de contaminación de enfermedades las rotaciones de cultivos y las labores del suelo pueden ayudar, así como el retraso de la siembra, pero si en cosechas anteriores se han producido infecciones graves, es importante el uso de semillas certificadas con los tratamientos adecuados.

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