Las malas hierbas más significativas del olivar: cultura, clasificación y control

Autores: Twins' Farm (Joaquín y Herminio Tribaldos Campos)

Las malas hierbas en los olivares son algo que en multitud de ocasiones los olivicultores pasan por alto o no le dan la importancia que requieren, ya que muchas veces nos fijamos en el estado vegetativo del olivo y nos cuesta parar, mirar más allá y buscar en el suelo.

Este es un error trascendente que comentemos ya que junto con las enfermedades y la pluviometría, es uno de los factores que más afectan al rendimiento de los olivos porque su presencia en abundancia puede generar una competencia con el olivo y esta competencia implica una reducción en la productividad y también de la calidad del producto, al tener una aceituna más pequeña y con menor rendimiento graso; amén de los problemas de manejo del cultivo en aspectos tales como las tareas de poda, riego y recolección (en formato tradicional, por ejemplo, para que los mantones corran de un olivo a otro por el suelo, éste debe estar libre de malas hierba, de no ser así, es prácticamente imposible manejarlo).

Todo se basa en la competencia que se genera para absorber los recursos que el suelo del olivar tiene (agua y nutrientes). Bajo la copa del olivo es donde más malas hierbas se generan y por tanto donde más competencia hay ya que es la zona donde más raíces existen del olivo.

Antes de continuar, nos gustaría echar un vistazo hacia atrás para ver que el enfoque de las malas hierbas en el olivar ha ido cambiando con el paso de los tiempos.

¿Cómo ha ido evolucionando la relación entre olivicultor y las malas hierbas del olivar?

La relación del olivicultor con las malas hierbas ha sido una historia de ‘amor y odio’ que ha modelado el paisaje agrícola con una intensidad variable en función de las herramientas a su alcance.

Hoy en día, con los productos fitosanitarios tan avanzados que disponemos, la historia ha cambiado, pero no siempre ha sido así. Hasta la época preindustrial, esta relación fue conciliadora. Las hierbas de los olivares no eran necesariamente ‘malas’, sino forrajeras, comestibles, medicinales… y formaban parte esencial de un olivar.

Después, el olivar se fue especializando y ya no importó tanto su multifuncionalidad como una productividad que pudiera atender a una demanda creciente. La hierba competía con la producción y comenzó a ‘estorbar’. Además de podarlo y abonarlo, al olivar había que labrarlo para eliminar una hierba que ya no se aprovechaba.

A finales de los 80, con herbicidas ya mucho más profesionalizados, se declaró una ‘guerra total’ a la hierba del olivar. Cualquier planta que no fuese un olivo era considerada como mala hierba, y su interés estaba exclusivamente asociado a términos como infestación o erradicación. Esta beligerancia contra la hierba se ha mantenido sin tregua hasta hace pocos años, cuando algunos olivicultores tomaron conciencia de que el primer problema ambiental y agronómico del olivar, la erosión, es el producto final de esa guerra sin cuartel a las malas hierbas.

Ahora vivimos un cambio y los manuales para el control de malas hierbas conviven con los que tratan sobre la gestión de cubiertas herbáceas. Cubiertas vegetales que hay que saber controlar muy bien y que será tema para otros posibles artículos futuros del CAMPOSCOPIO .

Los herbicidas actuales nos dotan de herramientas que con poco coste y esfuerzo nos permiten controlar las malas hierbas de forma ordenada

Hecho este paréntesis y siguiendo en la actualidad, las malas hierbas que se generan en el olivar suelen germinar en primavera y otoño. Algunas de las características a destacar son su alto grado de invasión y su enorme competitividad.

Además, estas poseen un gran afán de propagación ya que las semillas tienen capacidad germinativa durante varios años e incluso en algunas especies germinan de forma escalonada.

Es complicado, y me atrevería a decir prácticamente imposible, enumerar el total de especies de malas hierbas que afectan a los olivares españoles , incluso sabiendo que estas malas hierbas pueden variar según la zona donde nos encontremos.

Partiendo de esta premisa, intentaremos hacer una clasificación lo más completa posible a continuación, organizadas por la frecuencia de aparición:

Anuales

Es una dicotiledónea con alto potencial de infestación por su gran adaptación a climas secos y calurosos. Presenta gran capacidad de rebrote.

Tiene una rápida germinación y crecimiento aceptando todo tipo de suelos.

Es una dicotiledónea con una rápida germinación y crecimiento. La semilla se puede mantener en el suelo durante 3 años. Una característica para destacar es que actúa como control natural del hongo Verticillium dahliae.

Es una gramínea con alta capacidad para producción de semillas y con una alta tasa de nascencia. Es muy resistente a los herbicidas.

Es una gramínea muy extendida. Presenta una germinación otoñal-invernal tras las primeras lluvias otoñales.

Es una gramínea que suele verse en olivar manejado con laboreo superficial. Tiene una capacidad alta de producción de semillas y un poder de infestación muy alto.

Es una monocotiledónea con germinación otoñal y floración en primavera y está muy adaptada a terrenos secos.

Es una dicotiledónea que germina a finales de la primavera. Tiene una raíz fuerte lo que le permite extraer grandes cantidades de nutrientes del suelo.

Germina de forma muy escalonada en otoño y florece a finales de la primavera. Muy prolífica, puede producir de 15.000 a 100.000 semillas por planta.

Es una dicotiledónea con germinación otoñal-invernal con alta capacidad de producción de semillas. El potencial invasivo es muy alto al tener buena adaptabilidad.

De la familia de las amarantáceas, habita sobre todo en terrenos arenosos con una gran producción de semillas (una planta puede llegar a 200.000).

Perennes

Es una gramínea con una germinación de semillas excepcional. Está catalogada por una de las malas hierbas más difíciles de controlar por su rápido crecimiento y su alto potencial invasivo.

Es una monocotiledónea que posee un sistema de raíces fuertes que puede extenderse en profundidad por el suelo convirtiéndose en una especie muy resistente, invasiva y competitiva. Suele estar en olivares con riego.

Es una dicotiledónea que crece y germina muy rápido. La semilla tiene una latencia larga que puede llegar hasta los 20 años. Las raíces pueden llegar a medir hasta 2 metros.

Es una dicotiledónea complicada de eliminar si no se controla en fases tempranas de su crecimiento.

La ortiga es una planta arbustiva perenne, dioica, de la familia Urticaceae y con aspecto tosco que puede alcanzar hasta 1,5 m de altura. Además de los recursos del suelo que puede consumir, presenta serios problemas para trabajar en zonas donde existe ya que produce una irritación con picor intenso en la piel cuando se la toca o roza. Suele prosperar en las zonas más umbrías de los olivares, normalmente vaguadas con alta concentración de nitrógeno.

Planta de la familia de las asteráceas. Sus raíces pueden alcanzar una profundidad de hasta 3 metros y hay que tener cuidado al aplicar métodos mecánicos en su eliminación ya que puede propiciar que se extienda con mayor rapidez.

De la familia Asteraceae. Se puede ver con más frecuencia en suelos húmedos con pH ácido, neutro o alcalino buscando las zonas de semi sombra para desarrollarse con mayor rapidez.

Una vez enumeradas las malas hierbas más comunes en el olivar , otro tema importante a tratar será como controlar la aparición y crecimiento de todas ellas, pudiendo aplicar alguna de las siguientes técnicas de control de malas hierbas, o la combinación de varias de ellas:

  • Escarda manual: se utilizan herramientas como la azada y suele ser efectiva para escarda muy localizada.
  • Escarda mecánica: bien con laboreo mediante el cultivador o mediante desbrozadoras y segadoras en olivares donde no se aplica nada de laboreo o tienen capa vegetal.
  • Escarda con aplicación de herbicidas: es importante la planificación del plan de control, realizando una valoración del tipo de mala hierba (hoja ancha o estrecha, compuestas, crucíferas, etc.) para así utilizar el herbicida más apropiado.

Los herbicidas actuales nos dotan de herramientas que con poco coste y esfuerzo nos permiten controlar las malas hierbas de forma ordenada.

¿Cómo se gestionan las malas hierbas en los olivares españoles?

Culturalmente en España, lo normal es tener el suelo limpio de restos vegetales. Una vez que las malas hierbas aparecen debido a su germinación y la humedad que el terreno ofrece, el control con aplicación de herbicidas es bastante rápido y cómodo ya que se suele hacer mediante maquinaria que lo permite (pulverizadores hidráulicos).

Dentro del portfolio de BASF figura por ejemplo Stomp® Aqua , herbicida apto para el control de malas hierbas anuales de hoja ancha y estrecha en pre-emergencia y post-emergencia temprana.

También es muy habitual el uso de escarda mecánica, es decir, arar la tierra con frecuencia para mantener el terreno limpio. Esta tarea se realiza con el tractor y el cultivador, suele ser también una acción muy rápida y cómoda, aunque para algunas malas hierbas no suele ser eficiente y por tanto es necesaria la acción de productos fitosanitarios en el olivar .

Por otro lado, también tenemos muy establecido en España los olivares en los que no se realiza laboreo alguno, por lo que el control mecánico se realiza mediante segadoras o desbrozadoras que destruyen las malas hierbas, muchas veces después de los tratamientos con herbicida que se hacen previamente.

Para terminar, hablar sobre el cada vez más habitual y conocido sistema de Gestión Integrada de Plagas en el ámbito del olivar, que en lo que a malas hierbas se refiere pasaría por tratar de priorizar la aplicación de medidas directas de control, que sólo se efectuarán cuando los niveles poblacionales superen los umbrales de intervención, cuando estos se encuentren fijados. Salvo en los casos de intervenciones preventivas, las cuales deberán ser justificadas en cualquier caso y atender a la necesidad de realizar acciones para salvaguardar la salud del olivar.

En definitiva, esperamos haber ofrecido una temática tal cómo las malas hierbas en el olivar, qué cómo decíamos al comienzo del artículo, en multitud de ocasiones, los olivicultores pasamos por alto o no le damos la importancia que requiere sobre todo pensando en la diversidad de opciones de manejo existentes, casi tantos cómo variedades de aceituna producimos en España .

Es clave mirar un poco más allá y buscar en el suelo.

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