El gran bosque español del "oro líquido": descubriendo nuestro olivar

Autor: Rubén Villanueva

Imaginen un día como hoy pero en año 1.233. En plena Reconquista española, justo unos años después de la importante batalla de las Navas de Tolosa. Unos kilómetros más al sur, en los cerros colindantes a la ciudad de Úbeda, va a tener lugar un nuevo enfrentamiento entre cristianos y almohades que dará lugar a una de las expresiones más populares de nuestro país para referirse a la gente que se va por las ramas en una conversación.

Justo antes de comenzar el combate, uno de los altos mandos del rey Fernando III, el Santo, Álvar Fáñez, desaparece sin que nadie sepa dónde ha ido. Horas más tarde, una vez conquistada la ciudad y pasado el peligro, reaparece y al preguntarle el rey dónde había estado durante la contienda contesta que se había perdido en los cerros de Úbeda .

Según las fuentes consultadas, se puede concluir que fue por cobardía o por una supuesta cita con una mujer en el famoso paraje pero, independientemente de sus motivaciones, el alto cargo de Fernando III tendría en el presente más que razones para perderse por los pintorescos cerros del municipio jienense.

Para comprobarlo, basta con hacer una ruta por la Autovía A-316 que une las ciudades de Úbeda y Alcaudete denominada “Autovía del Olivar”. No se pierdan la perspectiva de la comarca de La Loma, vista desde el Puente del Obispo, donde se puede vislumbrar la ladera verde oliva que llega hasta las ciudades renacentistas “Patrimonio de la Humanidad” de Úbeda y Baeza.

Desde los miradores de la ciudad de Úbeda podemos deleitarnos con las impresionantes vistas que justifican el popular refrán de “Por los Cerros de Úbeda”, una inmensa ladera de olivar que llega hasta el sistema montañoso de Sierra Mágina. A poco que hayas seguido la figura de Miguel Hernández, resonarán con fuerza en tu mente los versos de su conocido poema:

"Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor..."

El olivar constituye uno de los paisajes más genuinos del mundo mediterráneo. Su proceso de domesticación ha permitido ir transformando el potencial acebuche en distintas variedades olivo gracias al esfuerzo y el talento de generaciones de olivareros.

En el mundo hay 10 millones de hectáreas de olivar, de los cuales, dos millones y medio, pertenecen a España. Además, de los 1.500 millones de árboles de olivos que existen a nivel mundial, más de 340 millones son nuestros. Lo podemos decir alto y claro: España tiene el olivar más grande del planeta y el bosque humanizado más grande del mundo, un bosque rico en biodiversidad y en capacidad para contribuir a la lucha contra el cambio climático:

  • El olivar español destaca por ser uno de los ecosistemas más ricos del arco mediterráneo, protagonizado por el árbol del olivo. Mediante el proyecto LIFE Olivares Vivos, se ha analizado la biodiversidad de 40 Olivares andaluces y se han encontrado 180 especies de aves, 60 especies de hormigas, 200 especies de abejas silvestres y más de 750 especies de plantas, entre ellas, una nueva especie para la ciencia, Linaria qartobensis .
  • Sumidero de CO2. Según los cálculos realizado por el Consejo Oleícola Internacional para la producción de un litro de aceite de oliva, se generan aproximadamente 1,5 kilos de CO2. Sin embargo, el olivar es capaz de absorber hasta 11,5 kilos de CO2 por cada kilo de aceite de oliva producido. Esto genera un destacable balance positivo de aproximadamente 10 kilos absorbidos de gases nocivos para nuestro planeta. Multipliquen eso por más de un millón y medio de toneladas de aceite que producimos de media en cada campaña. Tenemos "el Amazonas de Europa" y no sabemos valorarlo en su justa medida. No obstante, las políticas de la UE empiezan a contemplarlo y las prácticas destinadas a recuperar las características tradicionales del paisaje, (como setos, estanques o franjas de flores silvestres), que aumentan el valor natural de los olivares y desempeñan un papel importante en la reducción de la erosión del suelo, están subvencionadas por la Política Agrícola Común Europea (PAC, segundo pilar). También se habla de apoyos adicionales al olivar tradicional a través de la nueva figura verde de los "eco-esquemas" en la nueva PAC.

Asimismo, el sector del olivar, y especialmente el del aceite de oliva, es un actor económico de primer orden por su capacidad de generar empleo (más de 1,000,000 de peonadas anuales, un gran porcentaje en la campaña de recogida que se acaba de iniciarse en la mayoría de las zonas productoras), siendo el sustento económico de extensas áreas de la cuenca del Mediterráneo y uno de los sectores responsables del freno de la despoblación rural.

Es importante destacar que este cultivo se caracteriza por su marcado carácter vecero que supone la alternancia de producciones altas y bajas, en unas y otras cosechas, aunque es cierto que en la actualidad, con las nuevas técnicas de cultivo del olivar , se consiguen obtener producciones más estables y constantes.

Un paisaje milenario "nominado" a los Oscar

Aunque Andalucía es líder indiscutible en superficie y producción, el olivar español está presente en 34 provincias de 13 Comunidades Autónomas .

Es algo desconocido para la mayoría, al igual que pintorescas comarcas olivareras como la del Maestrat. Entre Teruel, Tarragona y Castellón de la Plana se concentra el mayor número de olivos milenarios que existe no sólo en España sino en todo el mundo. Unos árboles peculiares, que además de atraer por su belleza, producen un aceite que se ha convertido en un tesoro entre los paladares gourmet. La aceituna de estos olivos milenarios es de la variedad Farga, la más longeva y resistente a las inclemencias climáticas.

Esos olivos, de troncos con formas retorcidas cuyo perímetro puede llegar a superar los 6 metros son algo increíble, un auténtico patrimonio a conservar. Durante un tiempo, el expolio de estos olivos fue algo común, se arrancaban para utilizarlos como ornamentación en jardines públicos y privados, pero gracias al cuidado y la concienciación de muchos agricultores, los olivos de la zona del Maestrat continúan maravillando a todos los que se acercan para contemplar este espectáculo. Esta problemática sirvió incluso de inspiración para el guion y puesta en escena de la película "El Olivo" (2016, Iciar Bollaín), preseleccionada para los Oscar en 2017.

El olivar español tiene un gran presente y futuro más que prometedor

Y, aunque hablamos de monte y olivos, nadie te lo podrá negar. Porque el olivo a tiempo sabe. Por arbequina, picual, cornicabra y hojiblanca. Porque salud marida con virgen extra. Por las faenas de aliño, la biodiversidad, los polifenoles y sus "pulmones" frente al cambio climático. Porque el estilo de vida mediterráneo acaba donde el mar de olivos deja de crecer.

Periodista especializado en comunicación agroalimentaria. Responsable de comunicación de COAG y Jefe Prensa del Foro DATAGRI.

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